El problema mundial de los recursos hídricos no puede ignorarse

Con motivo de la inauguración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua en 2023, la UNESCO y el Mecanismo de las Naciones Unidas para el Agua publicaron conjuntamente el 21 de marzo la última edición del "Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo". El informe señala que entre 2.000 y 3.000 millones de personas en todo el mundo se enfrentan actualmente a la escasez de agua. Si no se refuerza la cooperación internacional en este campo, se prevé que la escasez de agua empeore en las próximas décadas, especialmente en las zonas urbanas.

El informe destaca que, en los últimos 40 años, el consumo mundial de agua ha aumentado a un ritmo anual de aproximadamente 1%. Impulsado por el crecimiento demográfico, el desarrollo socioeconómico y los cambios en las pautas de consumo, se prevé que el consumo mundial de agua siga creciendo a un ritmo similar hasta 2050. Este crecimiento se concentra especialmente en los países de renta baja y media, sobre todo en las economías emergentes. De hecho, más del 40% de la población mundial se enfrenta a algún nivel de escasez de agua. La conferencia hace hincapié en los países en desarrollo gravemente afectados por la escasez de agua, reconociéndola como uno de los principales problemas a los que se enfrentan estas naciones.

En la actualidad, 2.000 millones de personas en todo el mundo, aproximadamente 26% de la población mundial, carecen de acceso a agua potable segura, y 3.600 millones de personas carecen de instalaciones de saneamiento gestionadas adecuadamente. Además, entre 2.000 y 3.000 millones de personas sufren escasez de agua durante al menos un mes al año, lo que supone graves riesgos para sus medios de subsistencia, sobre todo en términos de seguridad alimentaria y suministro eléctrico.

Para abordar los problemas globales de los recursos hídricos, se necesitan medidas globales y transfronterizas. En primer lugar, hay que reforzar los sistemas de gestión y control de los recursos hídricos para garantizar su uso y distribución racionales. En segundo lugar, la mejora de la eficiencia de los recursos hídricos y la reducción de los niveles de contaminación pueden lograrse mediante la inversión y el fomento de la innovación tecnológica. Al mismo tiempo, la comunidad internacional debe colaborar para promover la protección y la gestión sostenible de los recursos hídricos a escala mundial.

Ante los retos mundiales que plantean los recursos hídricos, todo el mundo tiene la responsabilidad de protegerlos. Mediante la conservación del agua y la concienciación medioambiental, cada individuo puede contribuir a aliviar la presión sobre los recursos hídricos. Sólo mediante la cooperación mundial y los esfuerzos concertados podremos garantizar la protección eficaz de los recursos hídricos y crear un entorno de vida sostenible para las generaciones futuras. Por lo tanto, el problema mundial de los recursos hídricos no puede ignorarse y requiere la atención y la acción colectivas de toda la sociedad.